Por una vez, permitidme empezar el post desde cero, sin dar opiniones y permitiendo que los lectores se formen la suya propia sin ningún tipo de influencias. Así que sin más, os conmino a que por favor le echéis un vistazo al vídeo siguiente y que simplemente dejéis que sus imágenes y sonido atrapen vuestras mentes vírgenes:
Muy bien, ahora que habéis visto la presentación del Link de Tag Heuer, decidme: ¿A alguien le han entrado ganas de comprárselo? ¿No? ¿A nadie? Bien, de momento coincidimos.
Pero esperad. ¿Y si ahora os comento que las características técnicas del terminal son las siguientes? pantalla de 3.5 pulgadas con resolución 800 x 480 cámara de 5 MPX memoria RAM de 256MB batería de 1400 mAh chasis al estilo de un reloj, con acabado de piel de cocodrilo y oro de 18 quilates y, la guinda del pastel: Android 2.2
¿Tampoco os convence? Seguimos en la misma tesitura pues.
Pues ya me queda sólo un último argumento para ver si puedo haceros cambiar de opinión y que os entren ganas de adquirir uno: su precio. El Tag Heure Link cuesta la friolera de 4.700 Euros.
De acuerdo, puedo entender que siga sin haber nadie interesado en adquirirlo, dado que la mayoría necesitamos trabajar unos cuantos meses para poder llegar a ahorrar esa cantidad, y en caso de tenerla, nos vienen a la mente unas 48.955 formas mejores de gastarte casi 5.000 Euros.
Pero independientemente del precio, ¿hay al menos alguien a quién le guste la estética? Soy consciente que últimamente me estoy volviendo especialmente gruñón y no paro de criticar sobre todo lo que escribo. Pero es que en este caso, de verdad, no veo por dónde coger qué pretende Tag Heuer con este engendro de smartphone. Ni es bonito, ni tiene buenas especificaciones, ni es barato. Y no me puedo creer que por mucho dinero que alguien tenga, compre este adefesio únicamente por la baza de la exclusividad. Si quieres algo exclusivo, al menos intenta que sea estéticamente atractivo.
En fin, que estaría bien saber las previsiones de ventas que tiene Tag Heuer para los dos próximos años, sería realmente curioso saber cuántos ricos sin gusto tienen previstos que vayan a adquirir "esto".